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Fachada de la Facultad de Arte y Diseño de la UNAM en Mèxico |
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Rubén Esparza, Self Portrait Piss Jar, 2019, Polaroid, urine, and jar. |
Egresar de performanceros no necesita de una carrera, lo consiguen con un cursillo de 2 horas con recreo y vacaciones incluidos, pero de pintores, escultores o grabadores requieren una enseñanza de tiempo completo con semestres de dibujo al natural, naturaleza muerta, composición, materiales, es decir todas las clases que ahora están en mínimos o desaparecieron. El plan incluye materias como “Seminario de Proyectos en Área de Profundización”, ¿profundizar en qué? si todo esto se dirige a superficializar el arte. Los talleres de Técnicas y Materiales, que inició el maestro Nishizawa los redujeron a dos semestres, en ese tiempo es imposible que los alumnos aprendan cómo trabajar un temple, un pútrido etc. En el segundo semestre les dan “Argumentación y Discurso para las Artes y el Diseño”, les enseñan cómo argumentar que algo es arte y ni siquiera saben crear arte.
Frivolizaron la educación jugando con el destino de muchos jóvenes implantando un estilo, que representa una ideología de la mediocridad y el menor esfuerzo, y para dar trabajo a decenas de profesores de clases de arte VIP, que además, ni siquiera figuran en el ámbito de las galerías y los museos. Los alumnos que eligieron las materias de arte VIP se pueden considerar expertos, de eso se trata ese estilo, de que todo sea arte y todos son artistas, con o sin educación, el problema es de los que buscaban ser pintores, escultores, grabadores, ellos recibieron una educación mutilada para dar espacio a los mediocres VIP. Los egresados ¿qué va hacer con su título? Como homenaje a sus profesores de arte VIP pueden hacer una instalación con todos los títulos y las tesis, quemarla, y demostrar que aprendieron todo lo que un artista desechable debe saber.