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Channel: Avelina Lésper
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LOS AFECTOS DEL CURADOR

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MIGUEL TRILLO, POP PURRI, LA NUEVA OLA MADRILEÑA EN VIVO 
 La memorabilia acumula objetos que valora porque contienen recuerdos, en nuestra obsesión animista creemos que eso tiene la capacidad de retener el tempo. La exposición  Pongamos que hablo de Madrid, en el InstitutoCabañas de Guadalajara, Jalisco, curada por Fernando Castro, habla de la nostalgia del curador por obras que representan una época, algunas son de tan evidente mediocridad que la única explicación de su presencia es que los afectos no saben de razones. El acervo pertenece al Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, se nota que ejerce el criterio “historiográfico y didáctico” de formar acervo con obras que supuestamente son representativas de un movimiento o época artística, sin que su presencia estética amerite su inclusión. 
CHEMA COBO, CARTEL PARA LOS CARNAVALES

Las obras fueron realizadas durante los años posteriores a la dictadura de Franco, la revolución que representan en el color y estilo, que se mencionan en los textos, es frívola, temerosa, con una neofiguración de lenguaje y color guiados por la publicidad. Pinturas de factura y lenguaje muy menores, malas imitaciones de Balthus y el feísmo facilismo; obra gráfica superficial y comercial, con nivel de ilustración de “revista de  verano”; fotografías anodinas. Memorabilia de los patéticos años ochenta, la época más cutre de la cultura, un énfasis en la movida madrileña que institucionalizó una rebeldía que se quedó en pose y berrinche. La curaduría se limitó a un cartel de Almodóvar y dejó en el armario la riqueza de la irrupción homosexual en el arte y la cultura. 
CEESEPE, CIBELES Y NEPTUNO 
Representar el quehacer artístico de una ciudad con estas obras, nos dice poco de Madrid y mucho de los afectos del curador, que se desahogan en cédulas con textos larguísimos, informativos, político partidistas, justificando una selección que no soporta la dimensión de las salas. Nos anuncian en el slogan de la Feria del Libro que Madrid es “la ciudad de la luz” y la exposición es gris, no hay una obra que retenga nuestra atención y nos acerque a la riqueza artística que las cédulas afirman. En el Madrid de Fernando Castro hay muy pocas mujeres artistas, representadas con algunas obras, la recién estrenada libertad que gozaron sin el franquismo no está, hay evasión, desinterés, o no involucración. 
CARTEL ALMODOVAR DE PABLO PÉREZ MINGUEZ
La exposición con sus textos tan políticos contrasta con obras que no reflejan el acontecer, y no porque debieran ser panfletarias, sino porque no hay la fuerza que la sociedad adquirió en el post franquismo, pareciera que no lo vivieron o que no participaron por una auto marginación o autocensura. En las obras no percibimos la gente, los inmigrantes, las distintas tribus urbanas, la transformación histórica, la ciudad en su presencia física, como conglomerado arquitectónico o social no existe. El recorrido es una guía por la parcial experiencia del curador hacia su urbe, y eso es lo que deja al público, un Madrid pequeño, de artistas que no se toman el riesgo de ir más allá de la obra comercial o cómodamente transgresora, una ciudad sin carisma, tristemente irrelevante. 
EQUIPO CRÓNICA, PELEA, SERIGRAFIA

CARLOS FRANCO, LA PRIMERA CENA

EDUARDO URCULO, UN LUGAR INEVITABLE 

CARLOS FRANCO, CARTEL PARA LAS FIESTAS DE CARNAVALES
EDUARDO URCULO, UN LUGAR INEVITABLE 


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