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Huang Yong Ping's “Theater of the World” (1993) Realizada con insectos y reptiles vivos, encerrados sin alimento para que se devoren entre ellos mismos. |
Perros incitados para pelear, que se persiguen con violencia, animales encerrados en una caja para que se devoren unos a otros, cerdos vivos que son tatuados abusando de su cuerpo. Son las obras que retiraron de la exposición sobre arte chino posterior a los años 80’s en el Museo Guggenheim de Nueva York. La decisión no fue voluntaria, fue consecuencia de más de 500 mil firmas de protesta por el alarde de crueldad en contra de los animales y por promoverlo como forma de arte. Los artistas VIP insisten en que los animales no merecen el respeto a sus derechos, ni a la integridad de no ser utilizados para la diversión y exacerbación de las patologías que hoy llaman obras de arte. La constante presencia ominosa de estas obras denuncia la falta de ética en el arte VIP, (video, instalación, performance) y la impunidad teórica e institucional con la que operan. Cómo es posible que estas supuestas obras de arte, porque no son arte, hayan llegado hasta la exhibición, significa que pasaron todos los filtros, desde el consejo del museo hasta el de los patrocinadores, que nadie tuvo la decencia y el valor de denunciar que eso no era arte, que era un delito y oponerse a su exhibición.
Los artistas VIP, como siempre, encabezados por ese publicista ególatra Ai Wei Wei, clamaron que era censura, lloraron, protestaron y alegaron que el arte tiene permiso para delinquir, violar las leyes y que estaba por encima de la ética. De ninguna manera el arte es una actividad que tenga permiso de destruir nuestros valores éticos, eso lo pone al nivel del narcotráfico, y de las actividades más deleznables que tienen a nuestra sociedad hundida en el oprobio moral. El reclamo de censura por parte de los artistas VIP hace más vergonzosa esta situación, que esgriman su derecho a ejercer la violencia y la crueldad encubriéndose en ese degradado concepto de “libertad de expresión” los equipara a los racistas y supremacistas blancos que afirman que sus manifestaciones deben ser protegidas por la “libertad de expresión”.
Si el arte puede hacer eso, entonces ¿en dónde quedan la delincuencia y todos los delitos que si persigue la ley? ¿Hasta dónde pueden llegar si en un museo están permitidas y promovidas la violencia y la crueldad? La ética está violada y el aspecto estético también es obsceno, sabemos que el arte VIP le adjudica teorías a absolutamente cualquier cosa y la convierte en arte, estas obras no demuestran ninguna aportación estética. No existe un argumento social o estético que soporte la presencia de estas obras y su cobardía, porque eso mismo lo podrían hacerse los artistas, es decir: si quieren perros peleando que los artistas se peleen, se muerdan y lo graben en un video; si quieren tatuar animales que se tatúen todo el cuerpo, y se metan en jaulas y se devoren entre ellos. El resultado de esas obras tampoco sería arte, pero no estarían abusando de un ser vivo inocente y sufrirían lo que los animales padecieron.