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Qué difícil es ser un dios del director Aleksei German. |
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Qué difícil es ser un dios del director Aleksei German. |
Y no se trata de buscar lo bonito que la sociedad de consumo vende y que es la estética del estilo VIP.
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Qué difícil es ser un dios del director Aleksei German. |
El arte es una síntesis y representación de lo bello, que sin embargo puede ser una visión, una narración atroz, la película German tiene una iluminación preciosista y el tema es casi intolerable. La belleza es una abstracción, el primer contacto que tenemos con ella es la naturaleza que definimos como bella al separar o abstraer sus elementos: color, equilibrio, luz, sonidos, formas. La inteligencia con esa abstracción comprende, replantea y representa esos elementos: crea arte. Este proceso de armonía y equilibrio se prolonga a la existencia, podemos abstraer el sonido del agua y meditar con él, podemos abstraer el silencio y estar en ese equilibrio al que entendemos como belleza. Entonces la belleza tiene en el arte solo una de sus manifestaciones, la belleza es conducta, lenguaje, sentimiento, vacío, orden, todo eso que buscamos, justamente para poder asimilar y vivir la realidad. Al expulsar a la belleza del arte por la ignorante facilidad que supone una falsa libertad para crear, caímos en una trampa existencial, perdimos uno de los avances más valiosos de nuestro pensamiento abstracto, porque la belleza como abstracción logra la trascendencia. Al ser una idea que nos permite trasformar a la realidad y tener otra relación con ella, la trascendemos.
El ambiente de la película de German es abyecto, no hay un instante de reposo, cuando estamos en la realidad, que es como esa película, y escuchamos música, vemos una escultura, nos abstraernos de la realidad, la trascendemos, somos más que ella. No hay fuga, hay noción de nuestro ser, nos encontramos fuera de lo que nos traga, porque nos integramos a esa belleza, la experimentamos, la hacemos nuestra: el espacio de equilibrio al escuchar a Bach está dentro de nosotros.
Esa experiencia se pierde si vamos a un museo y hay un montón de escombros, un letrero con una obviedad escrita, unos focos, presenciamos algo más bajo que la realidad porque carece de su circunstancia, aun con la tesis curatorial no puede proporcionar la experiencia de trascender. Sin la belleza únicamente nos queda asumirnos como tragadores de comida, depredadores del ambiente, como un estorbo en el planeta. Nuestra razón de ser, para estar aquí en el presente es mantener esa capacidad para habitar, sentir, vivir y crear belleza.